Romo es un barrio de Getxo, pero con tanta personalidad que casi podemos llamarlo ‘pueblo’. Romo no tiene nada que ver con el barrio vecino de Las Arenas, que es otro gran lugar para pintxopotear pero totalmente diferente…
En Romo hay un ambiente muy sano, de todas las edades, los mayores con los jóvenes, parejas con hijos pequeños… En cuatro calles se concentran casi todos los bares, no tiene pérdida.
En los últimos años el centro neurálgico del pintxo-pote en Romo es la zona peatonal de la calle Gobelondo, donde el mítico bar La Mona y enfrente el Arotza, que lo peta por su gran terraza y su barra de pintxos baratitos y muy resultones.
En la misma zona, la Taberna Tudelilla es parada obligada por sus increíbles bocadillitos de pan crujiente de toda la vida: chorizo, sardinas, bonito… Con sus alegrías y guindillas para los más valientes.
Diez metros más allá, la calle Kalamua empieza con un clásico, Txiskales, donde hay poco pintxo pero mucho y muy buen pote; más adelante se juntan el Zernahi, ambiente juvenil, el Museo, especialista en gildas, el rockero Azkena y para terminar el Kalamua, parada imprescindible por su brotxeta de pescado, entre otras muchas cosas más.
Romo es un barrio de Getxo, pero con tanta personalidad que casi podemos llamarlo ‘pueblo’. Romo no tiene nada que ver con el barrio vecino de Las Arenas, que es otro gran lugar para pintxopotear pero totalmente diferente…
Cuando uno hace bien los chipirones en su tinta se nota y lo tienen tan perfeccionado que siempre les sale perfecto. Es el caso del Kalamua, en Romo.
Hay cosas que no se pueden describir, hay que estar ahí para probarlo. Mira que he comido pizzas, algunas propias, así que sé lo que digo cuando las pizzas de la Topa Taberna en Romo son diferentes y únicas.